Como
olvidar aquella vez que pasaba por tu lugar, sin buscar amor, sin buscar una
relación que me llenara por completo y participara en la felicidad que me invadía
en esos tiempos, donde solo buscaba tener un amigo nuevo que fuera cómplice de
nuevas travesura. No fue nada fácil, no sabia cómo o qué pregunta hacer para
que siguieras una conversación y no solo se quedara en un hola, tampoco buscar
una conversación que durara unas cuantas horas y te quedaras para continuar
escribiendo esta historia.
Basto
con voltear , sonreír, y preguntar ¿tu no vas?, para que te quedaras un buen
rato conversando, tal vez contando estupideces que no significaban nada, o
contar cada uno lo poco o mucho que convenía saber; de igual forma, sin buscar
nada significativo. Pediste mi número y eso me espanto un poco, ha decir verdad
solo fueron unas cuantas horas de conversación y sabíamos que nos estaríamos
viendo en el mismo lugar, y no había necesidad de saberlo en ese momento.
Algunas decían que te miraba con ojos de borrego, situación de la que yo no me
di cuenta, solo sentía que me gustaba platicar contigo, que me emocionaba la
idea de un amigo nuevo en el trabajo, que me sentía feliz de estar con alguien
que devolviera la sonrisa a mi rostro, tanto que caí en un descaro de salir una
o dos horas después de mi jornada laboral; ahí fue cuando yo mismo note que con
solo ver tu presencia me ponías nervioso, en su momento me preguntaste si me
gustabas, pero no te quise confirmar, no tenia caso, mas de una ocasión te
escuche hablando por teléfono, deduciendo que tenias una relación.
Pronto
hiciste una invitación, ya que no solo eras de nuevo ingreso a mi vida, sino también
al piso donde yo estaba, era de la gerencia que también se integraba. No sabia
si contestarte, era un completo desconocido para el área e ir contigo me
resultaba aun mas complejo, para eso ya me habías dicho que terminabas apenas
con la relación que tenias, y mas dudas invadían mi pensamiento. Una de tus
amigas también me hizo la invitación, aunque mas que invitación fue una confirmación
de asistencia, no quise ir solo, pero mis amigas jamás contestaron el teléfono
y termine llamándote para confirmar y ver donde te veía.

Empecé
a conquistarte entonces, sin miedo a nada para recibir todo; empezaron las
conversaciones mas amenas, risas y sobre todo una especie de ambiente en el
cual me estaba envolviendo tu carácter, tu decisión, y sobre todo tu seguridad
que a mi me causaba conflicto. Empezaron también esos mensajes de texto que
anhelaban estar a mi lado, mandándome besos y muchos abrazos, los lugares que
inexplicablemente terminábamos abrazados al calor de la noche, donde desaparecía
el alrededor, donde solo quedábamos tú y yo, donde me descubría a mi mismo, y
donde no me importaba la hora ni el que dirán.
El
tiempo corría, pero tu mirada se apagaba, los mensajes desaparecieron por
completo, y no se digan las llamadas, era como si se hubiese terminado la
bateria de mi juguete favorito, ahí estabas pero ya no tenías energía para
seguir divirtiéndote conmigo. Yo trate en su momento de recargar toda la energía,
detalles, chocolates, flores, pensamientos que te hacia llegar, trate de
robarte el alma con un beso, puse mi cuerpo junto al tuyo, pero de nada sirvió,
tu interés se había ido, no te conocía, y
no te conozco ahora, te miro y es como un sueño que alguna vez entro por
mi cabeza mientras dormía, o como una simple imaginación que quise que un día
fuera realidad.