domingo, 13 de octubre de 2013

Final no siempre es igual a decir adios

Imaginaba el regreso, pensaba la próxima vez que tocara tu cuerpo con tan solo un abrazo, decirte cuanto te había extrañado, lo mucho que aun te quiero, ver esos ojos que me matan con tan solo cruzar la mirada, escuchar decirme cualquier burrada que alegrara mis sentidos, pero lo que más esperaba era el sabor de tus labios nuevamente sobre los míos. Paso mucho tiempo para que esto ya no fuera producto de mi imaginación y fuera realidad, tu y yo, de nuevo tomados de la mano y preparados para lo que saliera de esta nueva aventura.

De lo que si no estaba seguro, era de la decisión que tomaba esta ocasión, por supuesto no estaba nervioso como la primera vez que te mire a los ojos, pero recorría el mismo miedo por mi cuerpo como cuando te pregunte tu nombre aquella ocasión en la que te conocí, tenía miedo a enamorarme más de ti y sobre todo a sentir algo por ti, algo bonito que no me alejara definitivamente de ti.

Un mensaje de texto fue el comienzo de esta segunda parte, descaradamente me pediste sexo; no lo podía creer, mi mente siempre me había dicho que te la pasabas de antro en antro con un chico cada fin de semana, o que las fiestas eran tan buenas que no te haría falta nada para la diversión que ahora tenías; sin embargo mi corazón me decía lo contrario, que después de tanta terapia lo último que te pasaba era andar de loco, y menos con un aparato encarnado a tu cuerpo, no porque te vieran feo o te trataran como discapacitado, sino porque primero pensabas en tu bienestar y plena salud.

Para ser sincero no recordaba muchos detalles de ti, de tu cuerpo, pero el mío comenzaba a reaccionar, mis manos sudaban un poco al tenerte cerca de mí una vez más, nos reímos un poco y conversamos de la situación que nos rodeaba, fue divertido porque hacía mucho pero mucho tiempo que ni un hola nos decíamos, de pronto sentí tus labios sobre los míos y sentí que volví a la vida, se volvió a iluminar mi sonrisa y pareciera broma pero desperté del sueño tan profundo en el que vivía. Nadie en la vida me ha besado con tanta dulzura y sinceridad.
Todo fue como lo imagine, incluso mejor todavía, tener sexo con la persona que más has amado en la vida no tiene que llamarse precisamente de esta manera, yo siempre he dicho que siento como si estuviera en el país de las maravillas, eres tan cuidadoso con cada parte de mi cuerpo y tan sutil para hacerme el amor que no puedo imaginar a otra persona haciéndome lo mismo y mucho menos que otra persona disfrute de tu ser. En algún momento quise volver a conquistarte pero sabía que no regresaste para quedarte a mi lado, y mucho menos para intentar quererme con el corazón. Me fui muy despacio y con mucha por que no se quedó en una solo repetición, me daba terror el pensar si saldría algo bueno de esta situación y creo que aún me sigue dando conflicto la idea de decir “tengo novio”.

Paso medio año para que nos reencontráramos como pareja, para que platicáramos de nosotros, para decirnos que tan importantes somos el uno para el otro, yo no dudo de todo lo que me dijiste, pues siento que más que decir que me quieres he sido un soporte emocional muy grande para tu vida, y no lo niego, siempre que te sientes mal, ahí estoy, siempre que te enfermas, ahí estoy, siempre que estas de borracho y me necesitas, ahí estoy, siempre estoy cada vez que me necesitas, es por eso que no dudo cada palabra que salió de tu boca. No sé en qué momento de la plática nos comenzamos a dedicar canciones, la tuya en especial fue muy bonita, pero la letra de la canción habla de arrepentirse de cómo era la persona a la cual no supiste amar, y ahora que ya no está a tu lado es cuando más necesitas amarla, al contrario de la mía, que la primera oración es precisamente volver a decidir no importando nada de lo que haya pasado por ti, por tu persona, por tu amor y para que vuelvas a ser mi todo.

Después de todo y de cantarte con lágrimas en los ojos escuche de tu voz “¿quieres ser mi novio?, ¿quieres regresar conmigo?”, fue como si te desconociera como si de verdad esto que has vivido te hubiera cambiado en realidad, tanto tiempo que había esperado a escuchar estas preguntas y sin dudarlo te dije que no, y no por que no quisiera, sino porque de verdad estábamos ebrios, tu contestaste que por esa razón te atrevías a regresar conmigo, que te daba valor y que sabias lo que decías.

Siempre me he preguntado infinidad de veces porque no podemos completar una relación enserio, una relación de esas bonitas donde uno respira del otro o a qué le temes en realidad si sabes que jamás te voy a fallar estando a tu lado, en fin cosas que luego se me vienen a la mente del porque no estamos juntos y somos felices para siempre como lo dicen los cuentos. Las respuestas pueden ser muy concretas y muy crueles lo sé, pero aun así siento que los dos pasamos a ser unas de ellas, simplemente porque si no existiéramos ni siquiera habría historia.


Creo que al final de todo los dos estamos de acuerdo en poner fin, en decir gracias por haber sido no muy especial en mi vida como siempre se acostumbra, sino a decir gracias porque eres la vida que me ha enseñado a respirar, a abrir los ojos cada mañana y seguir sintiendo esa inspiración para nunca dejar de ser yo mismo, para sonreír a diario y que los demás sepan que las experiencias buenas y malas me tienen de pie y con mucha luz para resaltar ante el mundo entero. Yo no sabría cómo decírtelo a la cara, aunque ya lo mencione antes,  y no necesito estar ebrio para darme valor y decirte mucho más cosas, solo quiero que le eches muchas ganas y que sigas siendo tú, ALEX, cuatro letras. Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario