Es
la segunda vez que me atrevo a escribirte, y para ser sincero no es nada fácil,
no tenía el pretexto perfecto para hacer otro detalle que alegrara tu ego y que
supieras que estoy aquí, que vivo en tu mundo y que soy parte de ti, o que
realmente fuera algo tan importante como para que quedara plasmado y guardado
en un simple papel; adornado claro, de una forma especial que le diera un toque
de mi personalidad y que fuera un gusto cada que lo miraras.
Después
supe que no hay nada más importante que el día que te conocí, el día que me atreví
a hablarte sin saber que hoy serias una de esas personas a las cuales yo le
dedicara algunas páginas de mi vida, sin saber que aunque no me gustabas
terminaría enamorado de ti, y con saber que aunque ya podía defenderme de
cualquier situación sentimental, lograras rodar por mis mejillas unas cuantas
lagrimas del sentimiento tan lindo que ahora siento por ti. Para mi es
importante mencionar esto porque si no fuera por estos detalles que hacen la memoria,
no hubiera logrado ver el desarrollo de mi vida junto a ti en mi camino, por
supuesto sabemos que no eres un soporte integral que cimentaron mis últimos dos
años, pero si fuiste la parte integral para seguir día a día con todas mis
ilusiones y sueños por cumplir.

Recuerdo
también el primer detalle significativo y de cualquier manera lindo para ti,
pues aunque fue una simple rebanada de pastel la adorne de una manera muy
bonita, era nuestro primer cumpleaños juntos y para mí era importante hacer
presencia en este acto de tu vida. Recuerdo que ese día batalle para hacer ese
detalle, era difícil imaginar como una rebanada de pastel podría verse de lo más
grande, de lo más significativo, y claro que representara lo lindo de cumplir
un año más en la vida, haciendo logros y desfiguros que siempre valen la pena
hacer sin necesidad de arrepentirse. El segundo año no fue de esa manera, las
razones sobran, pero de igual manera, ahí estaba con una playera y una carta
también muy bonita (no mejor que está claro), no hubo festejo personal pero el
detalle y mi presencia ahí estaban, siempre para decirte lo mucho que importas
y lo bonita que es tu presencia para mi vida.
Lo
que si no recuerdo fue alguna ocasión en la que yo saliera contigo y me
aburriera, pues antes de que llegara Diciembre 2012 y tu si lo hicieras, yo me
la había pasado genial, me gustaba salir, bailar, divertirnos, juntos, tomar
unos cuantos tragos y luego llegar a casa y finalizar nuestro fin de semana. Yo
recuerdo perfectamente que no quería pasar un año nuevo fuera de mi hogar,
lejos de mama y de mis hermanos, pero para esto entonces, era más el amor que
sentía por ti que por el de mi misma familia, lo pensé varias veces, sobre todo
porque solo íbamos tu y yo a nuestra nueva aventura, donde ya sabíamos a lo que
íbamos, chicos fresas con dinero y con toda la actitud de riquillos que piensan
que las drogas son lo mejor de salir de antro.
No
quería salir a este evento por que tenía en mente pasar un año nuevo con
alguien que no es tu familia es por compartiste un tiempo definido al año que
se va y por supuesto esperas con ansias lo divertido que será compartir un año más
de vida, darle el abrazo de nuevo año y compartir tus deseos para que las doce
uvas tengas sentido y esperes cumplirlas a su lado. No me arrepiento porque me
la pase increíble, como todas las veces que llegamos a salir, la pasamos súper
bien, pero como te lo dije, es algo que pudimos haber hecho cualquier fin de
semana. Lo más bonito fue haber empezado el año a tu lado y en tus brazos.
Visitamos
muchos lugares, siempre estaba invitándote a todo el mundo, y claro tu siempre
contestabas “estaría padre” y ahí me dejabas, pero aquella vez que fuimos a la
casa de Manuel El Indio Fernández también lo disfrute mucho, la casa en
realidad daba miedo, se sentía la vibra muy pesada, las ofrendas estaban súper
padres, la carrosa impresionante y tu compañía ni se diga. Recuerdo que nos
tomamos algunas fotos, te abrace las veces que pude, reímos por las críticas
constructivas que hacíamos a las ofrendas y hasta aventamos no sé si
estúpidamente, una moneda a la fuente para pedir un deseo que tal vez aún está
por cumplirse. Me da mucha risa también la vez que fuimos a cenar con tus
hermanos, fue de lo más divertido que nos pudo haber pasado con ellos “-¿Puedes
hacer esto Alfredo?, -No, -Yo tampoco”, ajajajaja de verdad fue muy chistoso,
nos reímos mucho y con tanta libertad, que entonces me di cuenta que jamás te
había escuchado reír y que me faltaba mucho por conocer de ti, tanto que no la
vida no me iba a alcanzar para ver lo grandioso que como humano de este planeta
puedes llegar a ser.
Quererte
a ti era algo increíble, tomarte de la mano o abrazarte fuertemente estando yo
atrás de ti era impresionante y conocerte físicamente era aún más interesante.
Eres muy reprimido en ese aspecto y desconozco la razón, mis palabras podrían
ser muy precisas, explicitas a lo que hice cada momento, puedo describir cada
segundo del contacto de tu cuerpo con el mío, pero mi legua preferiría
recorrerlo una vez más. No sé tú, pero yo, no dejo de pensar en lo bien que la
pasamos la otra vez, había esperado tanto tiempo para que esto pasara, donde yo
no tuviera que iniciar el reto de abrazarte, acariciarte con una suavidad donde
sintieras como las yemas de mis dedos iban deseándote cada vez más que
recorrían tu cuerpo, donde mis labios buscaran a los tuyos y darte en un beso
mi tranquilidad y alegría que me dabas durante todo ese acto que pasábamos. Fue
sensacional a mi gusto, en mi vida había experimentado algo como esta vez,
siempre quise que no me faltara ninguna parte de ti, recorrerte de pies a
cabeza, para entonces poder describirte por completo y guardarte en mis más
reales y bonitos recuerdos.
Ha
pasado tiempo, y no sé si poco o mucho para saber si lo que vivimos ahora sea
lo suficiente, recorro una vez más esta historia y me doy cuenta que nunca me
vi en la necesidad de buscar más porque todo estaba contigo, aunque fueran solo
los fines de semana o un día entre ella que tenía tu compañía con todo y tus caras raras o de nunca querer hacer algo
divertido, con esos sentimientos tan fríos que nunca logre descongelar y me
sonrieras con el corazón. Faltan muchas cosas por mencionar pero la idea era
escribir una carta y no un libro, lo malo es que escribir 24 meses en una sola
página no es nada fácil, podría resumir la historia de mis últimos dos años,
pero decir solo tu nombre no tiene mucho chiste. Alguna vez visualice tener 103
años y terminar la vida viéndote rodar una lagrima de tus ojos y decirme que me
querías, despedirnos de todo lo que habíamos logrado juntos, con el crecimiento
de los dos, con la inteligencia, astucia y tolerancia de los dos; me reí
estúpidamente después de volver en sí y me dio miedo porque no sabía que iba a
pasar con nuestro destino, a lo mejor nos tiene algo preparado sumamente
intenso para cada uno, tú en tu viaje de titulación y yo rumbo a la meta de mis
sueños.
No
me quiero despedir aun porque hasta eso estuve repasando todas tus frases y una
de las que más me ha gustado es: “pues te quiero como esos amigos que jamás se
pueden olvidar” (entre otras claro), nunca le encontré sentido hasta hace unas
semanas atrás y note que eres ese adiós que no puedo pronunciar y por esa razón
ahora si tan dispuesto a regalarte mi mejor amistad, creo que no cambiaría
mucho a excepción de dormir a tu lado esperanzado que algún día me regalaras tu
corazón. Espero que la próxima vez que salgamos la pasemos súper chido como
siempre… hasta entonces Dante.
P.D.
Te quiero mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario