viernes, 6 de septiembre de 2013

De la nada a una vida entera

Es la segunda vez que me atrevo a escribirte, y para ser sincero no es nada fácil, no tenía el pretexto perfecto para hacer otro detalle que alegrara tu ego y que supieras que estoy aquí, que vivo en tu mundo y que soy parte de ti, o que realmente fuera algo tan importante como para que quedara plasmado y guardado en un simple papel; adornado claro, de una forma especial que le diera un toque de mi personalidad y que fuera un gusto cada que lo miraras.

Después supe que no hay nada más importante que el día que te conocí, el día que me atreví a hablarte sin saber que hoy serias una de esas personas a las cuales yo le dedicara algunas páginas de mi vida, sin saber que aunque no me gustabas terminaría enamorado de ti, y con saber que aunque ya podía defenderme de cualquier situación sentimental, lograras rodar por mis mejillas unas cuantas lagrimas del sentimiento tan lindo que ahora siento por ti. Para mi es importante mencionar esto porque si no fuera por estos detalles que hacen la memoria, no hubiera logrado ver el desarrollo de mi vida junto a ti en mi camino, por supuesto sabemos que no eres un soporte integral que cimentaron mis últimos dos años, pero si fuiste la parte integral para seguir día a día con todas mis ilusiones y sueños por cumplir.

Lo primero que quiero que recordemos es el primer contacto de tus labios con los míos, fue de lo más atrevido que te conocía hasta ese momento y eso que solo habían pasado un par de minutos, tú dices que no lo recuerdas, pero me dijiste tu edad y que los tenías mal vividos, 23 por cierto, me pediste mi número telefónico, yo pedí el tuyo y te guarde en mis contactos como Daniel 757, casualmente ese día yo te di mi nombre real, no sé por qué, pero por lo atrevido que fuiste me pareció correcto, porque no eres el único que da un nombre falso en un antro, o peor aún el numero de contacto erróneo. Después dijiste que tenías que regresar por que tus amigas iban a sospechar, no trate de buscarte la mirada porque no tenía el mínimo interés en ligarte, te había visto en la calle pero jamás te mire con morbo, sino como un buen amigo, un vecino digno para divertirme con él en aventuras inesperadas. Tú terminaste en Acapulco con amigos nuevos, yo, pensando en que había sido bueno conocerte…

Recuerdo también el primer detalle significativo y de cualquier manera lindo para ti, pues aunque fue una simple rebanada de pastel la adorne de una manera muy bonita, era nuestro primer cumpleaños juntos y para mí era importante hacer presencia en este acto de tu vida. Recuerdo que ese día batalle para hacer ese detalle, era difícil imaginar como una rebanada de pastel podría verse de lo más grande, de lo más significativo, y claro que representara lo lindo de cumplir un año más en la vida, haciendo logros y desfiguros que siempre valen la pena hacer sin necesidad de arrepentirse. El segundo año no fue de esa manera, las razones sobran, pero de igual manera, ahí estaba con una playera y una carta también muy bonita (no mejor que está claro), no hubo festejo personal pero el detalle y mi presencia ahí estaban, siempre para decirte lo mucho que importas y lo bonita que es tu presencia para mi vida.

Lo que si no recuerdo fue alguna ocasión en la que yo saliera contigo y me aburriera, pues antes de que llegara Diciembre 2012 y tu si lo hicieras, yo me la había pasado genial, me gustaba salir, bailar, divertirnos, juntos, tomar unos cuantos tragos y luego llegar a casa y finalizar nuestro fin de semana. Yo recuerdo perfectamente que no quería pasar un año nuevo fuera de mi hogar, lejos de mama y de mis hermanos, pero para esto entonces, era más el amor que sentía por ti que por el de mi misma familia, lo pensé varias veces, sobre todo porque solo íbamos tu y yo a nuestra nueva aventura, donde ya sabíamos a lo que íbamos, chicos fresas con dinero y con toda la actitud de riquillos que piensan que las drogas son lo mejor de salir de antro.

No quería salir a este evento por que tenía en mente pasar un año nuevo con alguien que no es tu familia es por compartiste un tiempo definido al año que se va y por supuesto esperas con ansias lo divertido que será compartir un año más de vida, darle el abrazo de nuevo año y compartir tus deseos para que las doce uvas tengas sentido y esperes cumplirlas a su lado. No me arrepiento porque me la pase increíble, como todas las veces que llegamos a salir, la pasamos súper bien, pero como te lo dije, es algo que pudimos haber hecho cualquier fin de semana. Lo más bonito fue haber empezado el año a tu lado y en tus brazos.

Visitamos muchos lugares, siempre estaba invitándote a todo el mundo, y claro tu siempre contestabas “estaría padre” y ahí me dejabas, pero aquella vez que fuimos a la casa de Manuel El Indio Fernández también lo disfrute mucho, la casa en realidad daba miedo, se sentía la vibra muy pesada, las ofrendas estaban súper padres, la carrosa impresionante y tu compañía ni se diga. Recuerdo que nos tomamos algunas fotos, te abrace las veces que pude, reímos por las críticas constructivas que hacíamos a las ofrendas y hasta aventamos no sé si estúpidamente, una moneda a la fuente para pedir un deseo que tal vez aún está por cumplirse. Me da mucha risa también la vez que fuimos a cenar con tus hermanos, fue de lo más divertido que nos pudo haber pasado con ellos “-¿Puedes hacer esto Alfredo?, -No, -Yo tampoco”, ajajajaja de verdad fue muy chistoso, nos reímos mucho y con tanta libertad, que entonces me di cuenta que jamás te había escuchado reír y que me faltaba mucho por conocer de ti, tanto que no la vida no me iba a alcanzar para ver lo grandioso que como humano de este planeta puedes llegar a ser.

Quererte a ti era algo increíble, tomarte de la mano o abrazarte fuertemente estando yo atrás de ti era impresionante y conocerte físicamente era aún más interesante. Eres muy reprimido en ese aspecto y desconozco la razón, mis palabras podrían ser muy precisas, explicitas a lo que hice cada momento, puedo describir cada segundo del contacto de tu cuerpo con el mío, pero mi legua preferiría recorrerlo una vez más. No sé tú, pero yo, no dejo de pensar en lo bien que la pasamos la otra vez, había esperado tanto tiempo para que esto pasara, donde yo no tuviera que iniciar el reto de abrazarte, acariciarte con una suavidad donde sintieras como las yemas de mis dedos iban deseándote cada vez más que recorrían tu cuerpo, donde mis labios buscaran a los tuyos y darte en un beso mi tranquilidad y alegría que me dabas durante todo ese acto que pasábamos. Fue sensacional a mi gusto, en mi vida había experimentado algo como esta vez, siempre quise que no me faltara ninguna parte de ti, recorrerte de pies a cabeza, para entonces poder describirte por completo y guardarte en mis más reales y bonitos recuerdos.

Ha pasado tiempo, y no sé si poco o mucho para saber si lo que vivimos ahora sea lo suficiente, recorro una vez más esta historia y me doy cuenta que nunca me vi en la necesidad de buscar más porque todo estaba contigo, aunque fueran solo los fines de semana o un día entre ella que tenía tu compañía con todo y  tus caras raras o de nunca querer hacer algo divertido, con esos sentimientos tan fríos que nunca logre descongelar y me sonrieras con el corazón. Faltan muchas cosas por mencionar pero la idea era escribir una carta y no un libro, lo malo es que escribir 24 meses en una sola página no es nada fácil, podría resumir la historia de mis últimos dos años, pero decir solo tu nombre no tiene mucho chiste. Alguna vez visualice tener 103 años y terminar la vida viéndote rodar una lagrima de tus ojos y decirme que me querías, despedirnos de todo lo que habíamos logrado juntos, con el crecimiento de los dos, con la inteligencia, astucia y tolerancia de los dos; me reí estúpidamente después de volver en sí y me dio miedo porque no sabía que iba a pasar con nuestro destino, a lo mejor nos tiene algo preparado sumamente intenso para cada uno, tú en tu viaje de titulación y yo rumbo a la meta de mis sueños.

No me quiero despedir aun porque hasta eso estuve repasando todas tus frases y una de las que más me ha gustado es: “pues te quiero como esos amigos que jamás se pueden olvidar” (entre otras claro), nunca le encontré sentido hasta hace unas semanas atrás y note que eres ese adiós que no puedo pronunciar y por esa razón ahora si tan dispuesto a regalarte mi mejor amistad, creo que no cambiaría mucho a excepción de dormir a tu lado esperanzado que algún día me regalaras tu corazón. Espero que la próxima vez que salgamos la pasemos súper chido como siempre… hasta entonces Dante.


P.D. Te quiero mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario